miércoles, 15 de enero de 2014

Julieta, querida mía

Ahora lloro tu partida Julieta, lloro tu partida como jamás pensé que lo haría.
Aquí, en mi ricón, las primaveras del nuevo día se presentan nubladas,
lluvias de melancolía.
Vida mía, mi amor, no hay nada nuevo en esta carta.
Me encuentro solo.
Me encuentro solo remendando tu ausencia entre hojas de papel mojada y tinta caída.
Pero me mantengo firme, susurrando tu nombre.

Sólo quería decirte que te amo. 
Te amo como el sol puede amar a la luna, esperando ese eclipse de dulzura pura. 
Es simplemente amor. Y mi Julieta, mi querida Julieta 
cuando te vea, te observaré de lejos y cuidaré tu alma de cerca.
Mas hoy te pido amor, 
pero no me busques porque ya es tarde.
Ya se me fué la vida, 
susurrando tu nombre.
   
                                                                                  Raquel Alaminos Martín