El tiempo pasa rápido. Tan rápido que incluso, a veces, no nos damos cuenta
de que crecemos, cambiamos, saludamos y nos despedimos
tan precozmente que no saboreamos el maravilloso sabor de la vida.
Pero de eso se trata.
Vivirla de la mejor manera posible, ser todo lo felices que podamos
sin importar qué o quién se interponga entre vosotros.
Porque al fin y al cabo somos nosotros los que importamos.
Somos nosotros los que decidimos a dónde conduciremos
la próxima vez.
Somos nosotros los que eligiremos el camino.